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La Calidad del Aire Interior de los Edificios


Según la Agencia de Protección Ambiental de Estados Unidos, la concentración de contaminantes en el interior puede llegar a ser 100 veces mayor que en el exterior. Según la Organización Mundial de la Salud 1 de 3 edificios presentan problemas de calidad del aire interior causando molestias a un 20% de sus ocupantes. Además, pasamos más del 80% de nuestro tiempo en espacios interiores, por lo que la calidad del aire interior es un factor fundamental que afecta a la salud de las personas.

 


Existen tres tipos de contaminantes interiores:

 

-        Las partículas en suspensión: Polen, polvo, ácaros del polvo, pelo de animales, ceniza, etc. Las partículas de menor tamaño son las más perjudiciales ya que alcanzan los pulmones y, dado su tamaño, pueden llegar hasta los bronquiolos, de ahí su impacto en salud.

-        La contaminación química: Variedad de compuestos químicos: CO2, CO, NOx, SO2, COVs, formaldehído, benceno… Provienen de la combustión incompleta de tráfico, calderas o cigarrillos, de la respiración humana, de las pinturas y plaguicidas, de los muebles y los materiales de construcción. Tienen efectos a corto y largo plazo.

-         Los agentes biológicos: Bacterias, virus, esporas de moho, hongos … Se adhieren a partículas en suspensión y en las vías respiratorias causan reacciones alérgicas o de sensibilidad (asma, rinitis), o enfermedades infecciosas (gripe, catarro común, tuberculosis, sarampión, varicela)

 

A esto hay que añadir la acumulación en el interior de contaminantes que proceden del exterior, y que varían según la ubicación geográfica, como son:     

 

-        La contaminación atmosférica debido al tráfico y la industria

-        El gas radón liberado por los suelos graníticos y que se acumula fácilmente en sótanos y plantas bajas.

-        El ozono troposférico, que  se genera por la combinación de dióxido de nitrógeno y radiación solar, el cual alcanza su pico de concentración en las horas centrales del día.

 

Para evitar los efectos negativos de estos contaminantes es necesario disponer sistemas de ventilación eficaces, que eviten la acumulación en el interior con una regulación horaria para asegurar la entrada de aire en las horas en las que el aire exterior es de mejor calidad. A su vez es necesario evitar los sistemas de ventilación y climatización a base de conductos tradicionales, ya que tienden a acumular polvo y microorganismos, los cuales acaban distribuidos en el ambiente interior y pueden afectar a la salud de los usuarios.

 

Un estudio concreto de la situación y necesidades del edificio, asegurará que la calidad del aire respirada por sus ocupantes es la óptima evitando así futuras molestias y problemas de salud. No dude en contactarnos si desea mejorar sus sistemas de ventilación, uno de los factores claves del edificio sano.