El excedente de pisos que sufren algunos países (siendo referencia mundial
el existente en España) y la constante devaluación de su precio esta
redireccionando grandes bolsas de viviendas al mercado del alquiler.
Un mercado del alquiler a precios más bajos que los actuales obliga a resituar
las rentas actuales y nos acerca más al mercado europeo donde una gran parte de la población no es propietaria de su vivienda sino
arrendataria.
Unas rentas más bajas permiten un mejor acceso a la vivienda y estabiliza un sector hacia márgenes de rendimiento asimilables al resto de actividades industriales o de servicios.
Parece que el nuevo escenario reconduce las ganancias a corto plazo hacia rentas estables sostenidas en el tiempo capaces de complementar la renta de sus propietarios.
Las inmobiliarias juegan un papel importante recuperando la esencia que les había caracterizado, es decir, una oficina que ayudaba en la gestión integral de la propiedad fuera vía alquiler, administrándola o si fuese el caso ayudando en la intermediación de venta.
La Directiva 2012/27/UE http://www.boe.es/doue/2012/315/L00001-00056.pdf obliga a que los Estados miembros legislen
para que a partir de 2013 toda vivienda nueva o usada que se alquile deba
disponer de la correspondiente etiqueta energética o lo que es lo mismo haya
sido sometida a un proceso de certificación energética de la vivienda.
Es ahí donde la inmobiliaria entra prestando dicho servicio de la mano de un arquitecto especializado y si ésta cuenta con una alianza con un equipo preparado capaz de optimizar al máximo el coste del proceso será capaz de prestar un mejor y más competitivo servicio a su cliente.
Como siempre, no dude en contactar con Green Barcelona, que dispone de uno de los mejores equipos multidisciplinares especializados en la materia y con capacidad de actuar nacional e internacionalmente.
