Para vivir en un hogar sostenible
no necesitamos tener instalados sistemas de energía renovable sino que, usando
de manera responsable los recursos, también podemos ayudar en la sostenibilidad
de nuestra vivienda. Es el caso del agua, donde os damos unos pequeños consejos
para ahorrar y ayudar al medioambiente.
1. Calcular
el consumo de agua por persona y año
Las cifras de consumo de agua son
muy diferentes entre países y también entre varias partes de un mismo país. De
todos modos, el primer método de ahorro es calcular el consumo del hogar. Es
necesario sumar el volumen de cantidad gastada durante un año, dividirlo entre
la cantidad de personas que viven en la casa y, si el resultado es de unos 50
litros por persona, esa será una buena cantidad. Todo lo que esté muy por
encima no es recomendable.
2. Cerrar
parcialmente la llave de paso del agua
Si cerramos ligeramente la llave
de paso de casa, la presión del agua no se resentirá y no notaremos la
diferencia. Pero os aseguramos que se ahorrará mucha cantidad de agua.
3. Comprar
filtros para los grifos con asiduidad
Los filtros de grifos ayudan a
mezclar agua con aire y dan la sensación que la presión del agua es muy alta,
pero estamos ahorrando mucha cantidad de agua.
4. Botella
de agua en el inodoro
Si colocamos una botella de
plástico vacía en los tanques del inodoro, conseguiremos que salga menos agua
cuando lo utilicemos.
5. Depósito
para recoger el agua de lluvia
Podemos colocar una botella vacía
o un depósito al final de los desagües para recoger el agua de lluvia. Así
podemos usar esa agua para regar las plantas, por ejemplo.
6. No
mantener el grifo abierto
Cada vez que nos lavamos las
manos o nos duchamos solemos gastar demasiada agua. En este sentido, lo
recomendable es abrir el grifo para mojarse el cuerpo o las manos. Lo cerramos
y nos enjabonamos para, finalmente, aclararnos las manos o el cuerpo
brevemente.
7. Vaso
de agua para lavarse los dientes
Para lavarnos los dientes, en
lugar de dejar el agua corriendo, es recomendable llenar un vaso de agua. Así,
cuando hayamos acabado de cepillarnos los dientes, podremos usarlo para
enjuagarnos la boca.
Este mismo sistema puede usarse
para afeitarse (con un recipiente o el lavamanos lleno de agua) o con la
limpieza de los platos.
8. Revisar
la instalación
Aunque parezca muy obvio, algunas instalaciones son
antiguas y pueden tener algunas fugas que nos hacen malgastar agua. Si las
reparamos, ahorraremos gran cantidad de agua en casa y ayudaremos a nuestro
entorno.